lunes, 18 de enero de 2010

Horacio Guarany / Las edades del cantor.

 
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 *Al final del artículo material de audio inédito.
Exclusivo de www.vientosdelplata.blogspot.com

Cuando Eraclio Catalín Rodríguez, comenzó a ser escuchado en las radios de la época, allá por fines de los '50 casi tocando  1960,  tenía 36 años, pero no comenzaba recién, ya venía  desde la adolescencia con un largo trajín de canto entre boliches y cantinas. Y sin embargo no era aún,  ni la sombra del artista que sería quince años después cuando en realidad cobró verdadera notoriedad y fama.
Tampoco se imaginó en esos momentos, que con el transcurso del tiempo sobrepasaría esa etapa y más adelante la gloria de dos películas filmadas en su país, y que aún, mucho tiempo arriba,  después de su vuelta del  exilio, adquiriría como cantor popular otra dimensión casi mitológica. Y luego de todo eso aún le quedaba rollo para cruzar al galope por la década de los '80 y los '90 a caballo de la vigencia sin mengua y llegar al tercer milenio proclamado como una de las leyendas vivas del folclore latinoamericano. 





A estas alturas, lo más llamativo en Guarany no es asombrarse de su  longevidad, sino imaginarse cómo elaboró, produjo y alimentó en todos esos años el personaje que se mantuvo por encima de los avatares del tiempo  y las gambetas de la historia.

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Cuando los periodistas aluden a su éxito y permanencia, Horacio  se limita a decir que no sabe lo que la gente ve en él, pues conoce sus limitaciones y mas de una vez se ha rotulado a si mismo como un cantor de vinería..., pero, ese eslogan ¿es para granjearse al público de abajo?, ¿o es cierto que en realidad, Don Eraclio Rodríguez pudo trepar a base de pura convicción, coraje y talento desde aquel niño peón de boliche que dormía por las noches en un galpón de caballos en Alto Verde, hasta llegar a ser un autor popular interpretado por figuras internacionales de la canción  y grabado por renombradas orquestas sinfónicas? ¿Qué otros misterios  se esconden detrás de  este artista que en sus primeros discos de fines de los '50 era un cantor con un gran registro pero casi sin dominio técnico de la voz? Recordemos que por sus desaforados gritos en el canto lo habían apodado el Verdulero, haciendo referencia a los verduleros de las quintas que llegaban a los pueblos en los carros tirados por caballos y a voz en cuello anunciaban su mercancía.

Si uno analiza la discografía de Guarany, bastante extensa por cierto, tendrá la oportunidad de descubrir a través de las diferentes placas, muchos "Horacios", y cada cual diferente. Hay etapas de plena evolución que realmente sorprenden, como el gran salto técnico que pega de fines de los '50 hacia mediados de los '60;  (él mismo haría referencia a este cambio titulando uno de sus discos de 1963 "Cuando el grito se hace canto"); o la madurez vocal e interpretativa que consolida a mediados de los ' 70 con trabajos muy realizados como "Recital a la vida" , "El Toro", "Tiempo  de amor y paz", una obra grabada  íntegramente con el acompañamiento orquestal de Alain Debray (Horacio Malviccino) tal vez su época mas homogénea. Luego le sobrevendría una marcada decadencia (siempre en términos vocalistas) que se acentuó con el exilio  y un vuelta a empezar después de su retorno  con una operación de garganta en 1983 u '84, época en la que daría  sus recitales multitudinarios al retorno de la democracia en el estadio Luna Park. 


Algunas fuentes citan a este disco de 1957, sello ALLEGRO Distribuidora RECORD, como el primer LD del Cantor. Disco que grabaría antes de su primera viaje a La Unión Soviética, aunque en algunas entrevistas Guarany ha citado a su canción "Regalito" y "Guitarra de medianoche" como una de sus primeras grabaciones en 1956, canción que no aparece en este trabajo; por lo que sospechamos pudo existir otra edición  o  algún simple anterior a ésta. Agregamos al respecto que en la propia página web  de Guarany hay muchos de sus trabajos donde se hace la salvedad:  "Fecha en averiguación", por lo que es presumible que existan varios equívocos en la correlación de fechas de las producciones discográficas que se citan en las fuentes y, seguramente,  muchos de los discos aparecen con la fecha de su ultima tirada (P) y no la del año del máster original.



Si atendemos a la técnica de grabación y a la voz de Guarany y las guitarras en este disco que figura  en algunos sitios como muy posterior a las primeras grabaciones, da la impresión en cambio que fuera éste el que recoge las primeros registros de la voz del cantor. Creemos además que CARMUSIC era el viejo nombre de lo que hoy es EPSA o estaba relacionado con este, y veremos también que EPSA ha publicado este mismo disco en reiteradas ocasiones, algunas con  el Titulo de "Guitarra de Medianoche" . Por otro lado hay un dato curiosísimo en este LD: La zamba "Alto Verde" que luego pasaría a titularse en otros discos "La Litoreña", figura aquí con la firma de (Riese - Lobos) y no con la de Guarany.



 Disco según las fuentes de 1958. Guarany citó en entrevistas que fue grabado después de su regreso de la Unión Soviética. Presenta registros con orquesta a cargo de José Carli. Es obvio en este disco que después de su viaje por Europa quisieron llevarlo a un estilo que no era el de él. Se notan en la placa las tendencias comerciales de la época donde aún no irrumpía el folclore nativo con toda su fuerza y se buscaba amalgamar la música nacional y lo que se tocaba en el mundo en esos tiempos. Las grandes orquestas estaban en auge.  Se patentiza en las versiones el esfuerzo de un cantor  del monte para modular la voz y consustanciarse con los arreglos orquestales. De todos modos el potro bravío de Horacio se saltaba el pentágrama.



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Edición citada como de 1967 sello Phillips. Uno de los trabajos bastante gritados de Horacio, haciendo honor a su título y bastante desprolijo en términos generales. Aunque con temas muy buenos como :  "No te cases con Minero" en colaboración con el poeta jujeño Andrés Fidalgo, Canción del Perdón, música sobre versos del poeta Tucumano Juan E. Piatelli, las versiones están bastante descolocadas estéticamente. El prologo de este disco  estuvo a cargo del gran poeta mendocino Armando Tejada Gómez.



                                                                                   


                                                                               
Un salto a todo lo anteriormente grabado hasta ese año (1963). Si bien no hay rarezas en cuanto al estilo de las obras compuestas y elegidas, si hay una gran evolución en el trabajo de su voz y también en su labor como intérprete de otros autores :  Zambita para mi ausencia (H. di Fulvio), Puente Pexoa (Tránsito Cocomarolla), marcando un estilo mucho más solido en todos los aspectos.
                               
Buena placa, que marca sin duda su encuentro con la República Oriental del Uruguay y lo que fue su programa televisivo en Canal 12 de Montevideo "El Fogón de Horacio Guarany". En este disco está presente su olfato para las obras vernáculas versionando dos canciones orientales que luego se convertirían en celebres dentro del cancionero uruguayo : "A Don José - milonga - de Rubén Lena y "Orejano" - vals criollo - del poeta Serafín J. García con música de Los Olimareños.
Entrados en los '70, soberbio trabajo donde Guarany incursiona en la poesía popular y diciendo sus propios versos que se destacan por la sensibilidad, sin llegar a descollar en el género. A partir de aquí continuaría una firme etapa con el compromiso del contenido  y la temática rebelde. Una placa que se reeditó muy poco o nada, pero que marca un punto en su carrera.
Otro excelente trabajo de la década del '70,  marcando un punto y aparte con todo lo demás. Repertorio que pone de manifiesto el contenido social y el folclore de avanzada que llevarían a Guarany a ser un cantor y autor que descollaría. También en este disco se patentiza su vena romántica y melódica sin dejar su estilo criollo. "Amar amando" - uno de sus éxitos mundiales, "Que tristeza tendrán"  -tema dedicado al malogrado  sindicalista Agustín Tosco en la cárcel -"Nada tengo de ti", - bello poema de amor con una melodía  extraordinaria etc,  fueron algunas de las canciones de este estupendo Long Play. 

Uno de los discos del exilio. No hay información si fue grabado poco tiempos antes de partir o ya en el exilio. En esta época ya empieza a decaer su voz. En las canciones que integran esta placa el sentimiento del cantor se nota desgarrado por la ausencia de la tierra amada y en cada tema se pone de manifiesto la zozobra y la impotencia del hombre frente a lo trágico de la violencia, el destierro y el aferrarse a la esperanza de poder regresar algún día a la raíz. De esta grabación surgieron éxitos insoslayables de su obra : Caballo que no galopa . chacarera - y Mi viejo mate español - milonga-
                                                 

Después de su regreso a La Argentina en 1978, a Horacio Guarany no se le permitió actuar en grandes escenarios, por lo que su actividad quedó relegada a pequeños pueblos del interior. Cuando los militares empiezan a buscar una salida democrática en 1982, muchos artistas que estaban censurados como en su caso,  comienzan a arrimarse despacito al ruedo. A partir de esos años y luego ya con la democracia instalada, Guarany grabaría decenas de discos más. En 1984 daría dos recitales a lleno completo en  el estadio Luna Park de Buenos Aires, recitales que fueron grabados para TV y registrados en discos Phillips. Después de esos recitales decidió retirarse a una estancia de su propiedad en el campo, pero no pudiendo resistir estar alejado de los escenarios regresó  poco tiempo después para continuar grabando, actuando y escribiendo canciones, además que a fines de los '80 se compró un velero y navegó por toda la mesopotamia argentina. Lo cierto es que como cantor ya en 1984 Horacio Guarany tenía 60 años, era buena edad para el retiro. Su voz ya había comenzado a decaer en el exilio y aunque mantuvo la misma fuerza de siempre, técnicamente a partir de la década de los '80  casi desaparecería el cantor e interprete para darle lugar al mito y al artista que sigue remontando el vuelo con  las alas de su fama, aunque como autor siempre se mantuvo fecundo. Mas tarde también escribiría libros, que como obras literarias, según la critica, no van más allá del aporte testimonial de la pluma de un cantor mundialmente conocido.
Su último trabajo discográfico data del año 2003 y se tituló "Cantor de Cantores"





En el exilio, España, mediados de los '70. La crítica dijo de él que como cantor era mediocre, muy desafinado, pero que como autor había que sacarse el sombrero.



 

España fue un país que lo acogió y le brindó la plataforma propicia en los años del exilio. No así México donde llegaría primeramente intentando establecerse.

Es cierto que Horacio Guarany nunca estuvo catalogado como un buen cantor en el sentido estricto de la palabra, no obstante a pesar de ser desafinado, de gritar y otros pormenores, en su mejor época no dejó de ser un buen intérprete y un gran rescatista  de obras y talentos. Además, como cantor, hasta  mediados de los '70 era disfrutable su voz de amplio registro y su capacidad de interpretar cualquier tesitura musical pues  poseía buenos bajos y medios y estupendos agudos. Pero en Guarany el intérprete queda en segundo plano para dar lugar al creador inagotable  de canciones populares; si así no hubiera sido y Horacio no hubiera poseído el  talento  para la composición, seguramente no hubiera pasado de la década del '60. Es notorio observar las creaciones de Horacio en sus primeros intentos  con zambitas y canciones que no salían del común denominador de  la época para descubrirlo luego   musicalizando   con excelentes logros a poetas como Pablo Neruda, Armando Tejada Gómez, al cubano  José A. Buesa o al rumano Eugen Jebeleanu, con melodías mas complejas y elaboradas. 


Por otro lado es innegable su talento de buen orador y otros atributos, como su gran carisma, atributos que sin duda  eclipsaron  sus carencias como cantor. Si analizamos las historias de los folcloristas de su tiempo, nos encontramos con dos vertientes, por un lado los que tenían formación de músicos y entraron en  la gran vorágine de la década dorada del  folclore por amor o por conveniencia, según el caso, y los que sin demasiada formación, como Guarany, vienen de los caminos de la bohemia. Del último paquete no hay muchos casos comparables a ascensos  artísticos de gran vuelo como  el de Horacio Guarany. Y es que "El cantor de Alto Verde" no es producto de una época como se dice comúnmente, sino de muchas.

Lo han escuchado varias generaciones y aun hoy lo siguen escuchando, los de esta ultima quizás sin enterarse característicamente que ese abuelo de ochenta y tantos años que hoy sigue pisando los escenarios y que con dificultad entendemos lo que canta (luego de un accidente cerebro-vascular que le dejó las secuelas de una parálisis facial, y de los años, que aunque a la hora de salir en cámara se puedan maquillar un poco, por dentro hacen mella),  digo que este veterano, cantaba no hace mucho,  diez o doce años atrás,  con la misma fuerza y con el mismo ímpetu y casi con el mismo registro vocal que en aquellos primeros discos de fines de los '50, y entonces resulta asombroso observar  en tan corto tiempo el  bajón estrepitoso (siempre hablando en términos estéticos y no de popularidad)... pero la vida es así y  algún día los años te hacen mella aunque seas duro de roer como Guarany. 

 
1987. Tenia entonces 62 años
Aún no había grabado éxitos
como "La Villerita". Se casaría nuevamente y tendría un hijo cinco o seis años después de esta foto.
                                                                                                  

Dejando un poco el análisis del artista, del autor y compositor, hay algo que además es notorio  en Guarany,  y son sus estrategias para desenvolverse en el mundo del mercado de la música; estrategias casi rayanas en lo empresarial de alto vuelo, porque, quizás,  no digo hace treinta  o cuarenta años, pero hoy, todos sabemos que para llegar a ciertas cumbres del vil mundo mediático no alcanza con el talento, ni con  el aplauso popular como en su caso, hace falta mucho más... Figuras mucho mas talentosas y celebres que Horacio Guarany no han podido lograr una permanencia tan  sostenida. Algunos no han sabido adaptarse  a los cambios permanentes, y otros no han sabido manejar los piolines comerciales; porque podrás ser un virtuoso pero si no sabés venderte o tenés quien te venda en el mejor de los casos, como dicen los jovenes de hoy: ¡fuiste! Y sin ponerlo en este caso como ejemplo, porque hay y sobran ejemplos de integridad,  (pero no muchos de integridad y astucia consensuados) Guarany siempre ha parecido ser, en su  larga y dilatada trayectoria, inmune a los virus comunes que atacan a muchos de sus contertulios.
  


Si el "cantor" transitó por varias epocas y generaciones, asi mismo "el hombre" parece haber vivido veinte vidas en una sola.


A principios de los '90, Horacio se relaciona con una casi adolescente rosarina (Griselda) con la que terminaría luego casándose y se divorciaría de su primer esposa disolviendo un matrimonio de muchos años  con el apremiante de la edad del artista a esas alturas (casi 70) . Este hecho al contrario de lo que muchos pudieron sospechar en aquellos momentos, no perjudicó para nada su carrera y Horacio siguió siendo el ídolo querido y respetado de multitudes y uno de los cantores más taquilleros de todos los escenarios y festivales populares sin caída ni retroceso.   

Tampoco el traspié en sus compromisos políticos con el Menemismo hicieron meya en sus seguidores,  y aunque sorprendió  y desilusionó  con ese perfil a  algunos "camaradas", el resto de su público decidió en su mayoría, no  perderse por tonteras el sabor  de  seguirse emocionando con el canto hirsuto y desmelenado del viejo gritador de rebeldías. 

Nadie le ha podido pisar el poncho en la popularidad y en ese ida y vuelta que mantiene con la gente, aunque con muchos defectos técnicos como sus acostumbradas desafinatas y desprolijidades, sus desplantes de soberbia, sus arrebatos y salidas disparatadas,  Guarany parece estar mas allá del bien y del mal.
Guarany  con su segunda esposa Griselda, década del '90.


En estos últimos tiempos se ha dado el lujo de pretender dejarle el trono a varios, pero la gente no acepta que done su trono, quizá porque también se da cuenta que no hay herederos para esa corona, no porque sea la de él, sino porque lo que el pueblo corona es joya intransferible. Por mas que Horacio obtenga buenos dividendos como autor a la hora de cobrar lo que le graba El Chaqueño Palavecino por ejemplo, e intente que su público lo vea a éste  como uno de sus  sucesores, casi nadie acepta esta proposición. Y es que ni en la tesitura de la voz, ni en la calidad y calidez del canto, ni en lo blanco del ojo, para ser sincero y con todo respeto, nada  tiene que ver artísticamente el señor Palavecino con Don Horacio, y Horacio en su fuero intimo bien que sabe que Palavecino, será el Chaqueño, pero a él no le ata el nudo del pañuelo.


En 2006 El Chaqueño Palavecino grabó este disco con obras de Guarany. A la moyoría de los seguidores del viejo cantor santafecino no les ha gustado. Las comparaciones son siempre mal recibidas. Horacio Guarany a lo largo de su extensa trayectoria ha sido interpretado por artistas de la talla de Mercedes Sosa, Ginamaría Hidalgo, Joan Manuel Serrat, Alberto Cortez... por citar solo unos cuantos, y por  los mejores conjuntos folclóricos de todos los tiempos. Después de que uno escuchó todo eso, como que Palavecino llega un poco tarde. Pero analizando las cosas desde otra perspectiva, El Chaqueño es un muy buen vendedor de discos y Guarany es un autor taquillero, por lo que concluimos que este disco como aporte al folclore no aporta nada, lo que no quiere decir que no haya sido un muy buen negocio.


Para ir cerrando: 

Hay muchas cosas para desmenuzar en este Numen épico y atemporal, tanto en su obra como en su don de gentes, sus peculiaridades instintivas etc., pero también, quizás a esta altura de la carrera de Guarany donde todo mas o menos ya se ha dicho, lo bueno y lo malo, puede que quede para  analizar su astucia de  "viejo pillo" que ha  sabido abrevar secretos en los ríos de todos los caminos, y sin dejar de ser auténtico ha sido hábil en eso de sacarle el jugo con creces a su arte, y  ha logrado quedarse en el centro de la escena por mucho tiempo, tanto a esta altura, que nos parece que siempre estuvo allí. 



Este material de audio fue tomado directo de la consola de sonido en los recitales que brindó Horacio Guarany en 1990 en el Teatro Opera de Buenos Aires . De esos recitales estaban pronosticados editar varios volúmenes pero no se sabe porque razón solo se editó uno solo. En este audio hay algunas canciones que no salieron en la edición de la respectiva edición discográfica  y además está parte de la charla, los chistes y anécdotas que el cantor fue desgranando en esas noches del Opera. Por supuesto que no está todo completo el recital ni mucho menos, sinó solo una parte. Tremendamente disfrutable el Guarany que encontramos en esa temporada de teatro, donde se presentaba con uno de los mejores conjuntos musicales que en su dilatada trayectoria llegó a formar el cantor, y uno de los más estables en cuanto a permanencia : Juan Carlos (Rata) Barrionuevo, Emilio Gorosito, Horacio Guaraní (Hijo) y el bombo de Miguel (Palito) Acuña.
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