sábado, 23 de enero de 2010

Dulce Corazón del canto / Un festival que me duele

Como no he de cantarte/ Ciudad de pan de Azúcar/ si fuistes en mi ruta / la luz de una ilusión...

La compuse a fines de los '80 cuando todavía no terminaba de salirme la barba. Luego cuando empecé con mi primer programa de radio alla por 1991 la grabé y comencé a cantarla en todos los tablados. A la gente le gustó y con el tiempo algunas radios importantes de Montevideo la pasaban. 

Yo soy un cantor orillero, desconocido para los medios del espectáculo. Mis andanzas con el canto han estado mas en los caminos que en la intención de hacerme reconocido. No sé, tal vez no me dio para más, puede suponer alguno y estar en lo cierto, pero la verdad es que eso poco me interesa, a  mi me interesó la senda que recomendaba el maestro Atahualpa: " Los cantores tienen que hacerse amigos del viento decia Don Ata y no cantar para el aplauso fácil..."
De todos modos, a mi manera,  fui sembrando mi camino de estrellas cancioneras y con el paso del tiempo tuve la suerte de recoger de la gente  eso que alguna vez escribió Don Elías Regules : Cosas chicas para el mundo pero grandes para mí. 


Esa canción me la piden siempre y la recuerda mucha gente con una memoria pertinaz que a veces me hace ruborizar. En ocasiones cuando insisten mucho los reto cariñosamente : "Miren que tambien he escrito otras cosas..." pero insisten: Cantame la de Pan de Azúcar. Hacete la de Pan de Azúcar

En fin, me la llevé conmigo por todos los caminos, a veces muy lejos. Recuerdo que un pintor colombiano me decía : Esa canción es la canción que todos quisieramos escribir algún día,  sobre el pueblo chico de donde venimos: Nuestra plaza de los primeros besos de amor, los recuerdos de los personajes inolvidables que nos marcaron, la nostalgia del terruño. Simple y sencilla asi es ese valsecito criollo titulado Ciudad de Pan de Azúcar.

Aquellos tiempos de la canción eran otros tiempos. Todo ha cambiado, nosotros los de ayer ya no somos los de entonces inmortalizó en sus versos Pablo Neruda. Pero lo cierto es que los caminos me llevaron y me trajeron, pero mi corazón siempre estuvo aquí. Siempre davueltee tratando de no alejarme demasiado de las cosas que mas quería. Por eso retornaba cada tanto. Pero el que se va a Sevilla, aunque sea por un rato, también  pierde su silla, y cada vez que volvía comprendía que una nueva puerta estaba cerrada, un nuevo olvido para el cantor. Pero no de la gente, no. La gente, el pueblo, no olvida cuando vos provenís de allí, cuando lo que hiciste lo hiciste desde allí . El pueblo tiene una memoria colectiva indeleble que te mantiene en su corazón cuando lo que diste fue veraz, fue honesto, fue limpio, sin trampas. Pero las instituciones a diferencia del pueblo, tienen mala memoria, los funcionarios también suelen tener a veces pésima memoria y cuando algunas instituciones y algunos funcionarios comienzan a politizarse demasiado, la memoria se va perdiendo por completo, se va  diluyendo en el mar del ego, del ombligo partidista y del ojo puesto en las campañas electorales. Y así sucede que quienes deberían ser los que velan la memoria y tradiciones de su pueblo son los que mas fácilmente las olvidan.
Y a mi me pasó de alguna manera como le pasó al gaucho  Martín Fierro: "Volví al cabo de diez años de tanto sufrir al ñudo/ desertor, pobre, desnudo, a procurar suerte nueva/ y lo mismo que el peludo enderecé pa' mi cueba/ No hallé ni rastro del rancho, solo estaba la tapera/ por Cristo si aquello era pa enlutar el corazón/ yo juré en esa ocasión ser más malo que una fiera/ (...)

Como Martin Fierro yo también volví a mi pago después de algunos caminos a procurar suerte nueva. Vine con el corazón en la mano atraído por nuevas esperanzas que algunos supieron dibujar muy bien en el horizonte y decoraron genialmente con  los colores de un nuevo amanecer.  Y cuando volvés, cuando por fin decís aquí me quiero quedar, aquí donde una vieja maestra te sostenía la mano para enseñarte a escribir tu primera "O", aquí donde están tus vecinos, los de ayer y los de hoy,   y por sobre todo, donde está el  amor, ese amor insustituible por el terruño, por las raíces, amor que es decir dignidad y respeto por ese lugar de donde sos, donde naciste, donde te criaste, donde tus abuelos y bisabuelos fueron los pioneros y fundadores de otro amanecer mucho mas lejano en el pasado, pero no menos cierto que el aire que respiras ahora, donde está la tierra que maternalmente cobija sus huesos, esa tierra donde queres que los tuyos también descansen algún día.





Los cantores de los caminos, los de la senda de Atahualpa Yupanqui, los que fuimos a perdernos tras la polvareda de todos los caminos tratando de escuchar al viento, no tenemos quien nos defienda. No hay diarios ni revistas interesadas en hacernos reportajes, ni la tv enciende sus cámaras para interesarse por lo que hacemos o por lo que decimos, donde estamos, donde estuvimos,  o que nos pasa, porque a  la tv y  las revistas, nosotros, los cantores de los caminos, no les aportamos anunciantes ni les redituamos dinero con una nota periodistica. Lo nuestro es otra cosa, no es el arte que le venden a la gente en la tele. Nuestro arte es otro arte. Nosotros solo existimos para aquellos que nos quieran escuchar a la orilla de un camino, a la vera de un fogón, en el relleno de un escenario donde actuan los consagrados, y existimos en la memoria de la gente simple que recuerda nuestro simple paso por sus vidas sencillas. A veces un asado de un domingo donde alguien te grita : " ¡He tú, saca la guitarra...! A veces en ese disco que le vendiste o le regalaste aquel paisano que le gusta una cancion  que cantaste y te la escuchó por ahi, y la quiere atesorar. Es decir, somos los artistas anónimos de una patria tambien anónima. Por eso cuando no podemos cantar, cuando no estamos en el escenario del pequeño tablado, aunque sea como relleno, cuando dejamos de asistir a los asados, a los pequeños fogones, cuando a veces todo se conjura de alguna manera y ya no conseguimos ser escuchados en los pequeños sitios donde hasta ayer logramos nuestra pequeña trascendencia como artistas, comenzamos a morir lentamente. Nuestro canto comienza a deshojarse y nos vamos secando. Si es dificil permanecer cuando se ha sido nota de revistas y se han editado tus discos para las tiendas y disquerias a nivel masivo, cuanto mas  dificil será permanecer cuando apenas tu canto ha cruzado a caballo del viento y solo ha sabido de la gloria  de haberse quedado desvelado en algun que otro fogon. Cuando nosotros los cantores del viento, ya no podemos alzar nuestra guitarra, cuando todas las puertas se cierran, nadie nos defiende, nadie se interesa. Si acaso algun paisano que te escuchó alguna que otra vez  puede preguntarte si tu guitarra está colgada en el ropero. ¿A que te dedicas ahora? Como si se pudiera dejar de ser cantor porque uno lo decide un día. Eso de que nos acostumbraron a que el sistema impone la mano de obra que necesita. Y hoy el carpintero de oficio se puede transformar de la noche a la mañana en taxitsa o vendedor de libros. Y si el cantor, el poeta, el pintor, el actor, no quiere terminar sus dias tirado en alguna taberna maloliente viviendo de limosnas tal vez tenga que aprender a hacer alguna cosa que sea vendible en este mercado persa en que el mundo se ha convertido ultimamente. Pero dejar de ser cantor, eso nunca. No se puede. Quizás no consigas escenarios donde cantar , ¿pero acaso los pájaros esperan que se junte publico para darle su canto al viento? No se puede dejar de ser cantor porque a uno se le ocurra, como el pájaro jamas dejará de ser pájaro, y hasta puede morir de una pedrada, pero morira libre,  volando y cantando. Por eso digo: A quien puede remitirse un simple cantor de los caminos. Que periodista de esos que estan muy interesados por los actores de Hollywood, o en el mejor de los casos del  eructo del intendente de turno en la ultima cena de gala, puede tener interes de la suerte de un cantor de los caminos. Que programa de radio nos invita si no tenemos una cancion para llenarles el espacio o no vamos a dejarle el nuevo disco que editamos a pulmon y que srive para decorarles el anaquel de su discoteca de difusión. Que Secretario de cultura nos recibe para escuchar nuestros problemas y si es que logramos que nos reciba nos escucha apuradisimo y despues nos regala su mejor sonrisa hipocrita y su tarjeta con el telefono de otro secretario personal para que nos digan una y mil veces que nunca tiene tiempo para atendernos. Un cantor de los caminos no tiene significado para casi nadie cuando deja de ser un instrumento practico que sirve las mas de las veces de relleno. Por eso cuando yo dejé de ser practico como instrumento de relleno y comence a pelear por obtener un lugarcito mejor, cuando quise no solo cantar como el loro verde de la jaula sino tambien pensar, ¿me permiten parafrasear nuevamente a Martin Fierro?, bueno entonces diré: Ahi empezaron mis males, lo mismo que los de tantos.
Que pretenciones tiene este sujeto, cantor de boliche, que ahora tiene infulas de artista. Y a este en que programa de tv lo vi...ah no en ninguno, no existe. A ver el curriculo, a ver las fotos de las actuaciones en los grandes festivales... Pero quien se cree este tipo, que aparece por aqui con reclamos: Yo te voy a enseñar andar reclamando sueldos le dijo el mayor a Martin Fierro y lo estaquearon toda la noche. Asi es la historia paisano, asi se repite.

Si no tenes fotos que mosttrar al lado de grandes personalidades. Si no te bajaste en la puerta de la oficina del secretario de un buen automovil y te vieron llegar en moto, o lo que es pero, en oumnibus, si no  te acompaña fulano o la tarjetita de mengano, pero sobre todo si vas de frente y sin reveses sin lamerle las patas al funcioario o al politico de turno, guarda, más vale que no hagas las mías, no vayas,  no molestes a los señores, y no se te ocurra calentarte y gritarles las cuarenta despues que se te agoten todas las paciencias y de que te canses que jueguen con tu tiempo y tu dignidad, porque si haces eso los vas a moletar y si los molestas, la vas a pagar caro. Mira que es muy facil para el que tiene un poquito de poder hacerte morder el polvo, a vos que no tenes nada. Es tan facil que ni te lo imaginas.  Despues pasaras a ser un perro sarnozo que todos le andan juyendo. No te olvides que hoy el que dice la verdad ya no es un tipo verdadero, sino un tipo negativo, y en el mejor de los casos si te pones insistente pasas a ser resentido. Y no hay derecho a resentirse?. ¿O es un virus que solo ataca a los pobres? No es acaso un sentimiento producido por aspectos negativos que llegan hasta a ti, una autodefensa si se quiere, una manera de auto-preservarse  y de escupir  tanta porqueria, tanta hipocresía?; a ver veamos. Resentimiento: Empezar a flaquear, o sentirse de una cosa. Tener sentimiento, pesar o enojo por una cosa. Eureka, el diccionario lo ha dicho certeramente. Como no tener pesar y enojo cuando te sentis profundamente hijo de tu pueblo, te criaste, educaste, trabajaste en tu pueblo, fuiste honesto, intentaste e hiciste las cosas bien, te desempeñaste proliojamente en el camino que elegiste, a saber, el de artista y de cantor, cosechaste aplausos y sobre todo respeto por tu labor, te fusite afuera llevando tu canto cargado como un morral a tus espaldas y afuera tambien trazaste un camino, humilde pero cierto, bueno, limpio, demostraste una y mil veces de lo que sos  capaz como persona y como artista, sembraste y cosechaste, mas bien que no te preocupaste por el exito de las camaras de tv sino por aprender, por echarle mas arte al morral de tu arte, para engrandecerlo desde el trabajo y el esfuerzo, y un día, ahhh, un día decidiste que por ahora era suficiente, que el trabajo de siembra estaba hecho, completado hasta allí, era necesidad volver,  y con toda esa bolsa de buenas cosas, desembarcaste en el lugar donde tus abuelos plantaron la tierra y dijiste: Presente mi general, en las buenas y en las malas, vengo de todas partes y aqui esta lo mucho o lo poco que recogí quiero ponerlo a dispocsion. Y el general: Mirandote con una burlona sonrisa entre los labios, sonrisa que se torno en carcajada mordaz, tomo tu morral, ese que estaba cargado con el esfuerzo de todos los caminos que anduviste, lo revoleo por el aire y lo tiro a la calle y luego llamando al guardia de seguridad le dijo, sacame este tipo de aqui que no lo conozco, me esta molestando y tengo que atender una llamada de un artista internacional para un contrato para el festival  que es la semana que viene y estamos retrasados.



Como me dueles festival de mi pueblo, pero no me duele el canto postergado, yo que cante por todos los caminos, me duele la raíz postergada, acribillada, trampeada, escupida, maltratada, me duele. Y como no dolerme, si unos gorilas que ni siquiera saben el nombre del arbol que esta plantado en la plaza de mi pueblo, esa plaza a la que yo le compuse una cancion, me niegan y nos niegan año tras año el escenario de tu festival para cantarle a nuestra gente, como no dolerme, para que no me doliera, para que no me resintiera, si asi lo prefieren algunos, tendria que volverme de piedra, de madera, de carton, y no puedo, lamentablemnete no puedo.

A veces voy a la tumba del abuelo a dejarle una flor. Ese abuelo que abrio surcos en los campos virgenes del viejo Pan de Azucar donde en aquel tiempo solo existian dos o tres ranchos de fajina, ese abuelo que lo lleno de trigales maduros, de hijos, de familia, de nietos. A veces voy a la tumba del abuelo, y le digo bajito, que es lo que está mal en todo esto. Estara mal haber tomado el arado de la guitarra en vez de tu arado y haberle cantado al trigo maduro de tus tradiciones esas que sembraste. Quizas el abuelo tenga la respuesta porque con los años se hizo un viejo sabio. Pero el abuelo, ya no contesta, no puede. Esta en otro espacio, en otro tiempo. Entonces, me doy cuenta que ya no puedo preguntarle al abuelo de mis dudas y que ya estoy grande para llorar en sus rodillas. Y me digo a mi mismo que tengo que seguir peleando, que tengo seguir gritando, contando, denunciando a estos traficantes de sueños, a estos hipocritas que nos roban la esperanza de una cultura de todos y para todos, a estos arribistas que subidos al carro de las esperanzas populares se creen con derecho a pisotear nuestras mas caras tradiciones y memorias. Para qué, dicen algunos, esos que salen siempre muy de apuro apretandose el traste porque como lo tienen de paja y uno anda vomitando fuego, ¿para que? para que meterse en líos?, pero yo se para que, para que  algun día, los cantores de los caminos que vengan despues de nosotros, porque siempre habrá cantores de los caminos,  no tengan  que resentirse y ocupen de una vez por todas el lugar que les corresponde, ni mas ni menos, solo el que les corresponde, ese pequeño lugarcito que les han prometido tantas veces y nunca les han cumplido, pero que  quizá algún dia si no nos cayamos, si no dejamos que nos sigan pisoteando y nos hacemos escuchar, consigamos para los que vienen  por derecho legitimo de nasencia, de heredad pero tambien de descencia y honestidad lo que nosotros tuvimos que ganarnos a fuerza  de tanto descalabro, a fuerza de uñas y dientes, coraje y rebeldía.

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