domingo, 20 de diciembre de 2009

Carta abierta a la Comisión Organizadora del Festival Dulce Corazón del Canto de la Ciudad de Pan de azúcar




Con el correr del tiempo muchos de nosotros, músicos, artistas, artesanos y folcloristas de Maldonado hemos visto con alegría como se han ido levantando algunos bastiones de la canción y del arte popular en el departamento y  tanto nos alegramos de ello. De la misma manera nos alegramos cuando se inauguró en el año 2001, EL FESTIVAL DULCE CORAZÓN DEL CANTO en la ciudad de Pan de Azúcar.

Este Festival se realizó en primer término como iniciativa de la Intendencia Municipal de Maldonado, y luego la Intendencia trasladó, la producción y dirección en todo o en parte, a un empresario artístico de Montevideo.  Ante las primeras gestiones de algunos artistas profesionales de Maldonado para conseguir actuaciones, desde las diferentes plataformas culturales adonde acudíamos, nos mandaban a hablar directamente  con este empresario.            Esta productora artística decía y ordenaba quienes actuaban y quienes  no y en las sucesivas ediciones del festival, año tras año, vimos como algunos artistas de Maldonado eran convocados todos los años mientras otros lo eran en alguna ocasión y tantísimos otros nunca lo fueron. También se dio  el caso en las diferentes ediciones del Festival, que figuras señeras del departamento de Maldonado fueron tristemente olvidadas sin habérselas convocado, y a otras, que sí lo fueron, se les otorgó espacios de poca importancia en horarios periféricos cuando lo correcto debería haber sido, por ser justamente figuras señeras de nuestra comarca, situarlos en espacios y horarios centrales del evento. Luego, ante la protesta de muchos compañeros artistas, solidarios, los cuales aun siendo contratados para ese festival tuvieron la muy digna iniciativa de llamar la atención sobre la ausencia de una gran cantidad de otros artistas de la comarca, entonces a la directiva del festival se le ocurrió otra forma de resolver el tema y promulgaron un concurso haciendo un llamado a todos los artistas de Maldonado interesados en participar del festival para que de esta manera se presentaran a un certamen de selección y prueba. 

            Nosotros consideramos que tal cosa es una humillación hacia quienes son los verdaderos representantes PROFESIONALES de la cultura de nuestra comunidad. Porque tal iniciativa se encuadraría muy bien si lo que se trata es de dar participación a la gente que recién empieza en el camino, y que debe, por una cuestión natural, trazar desde abajo una carrera y los primeros pasos serán, como es lógico,  pasar por jurados, participar en concursos etc. etc. Pero llamar a concurso a artistas amateur junto a profesionales, muchos de ellos de impecable y extensa trayectoria en el país y fuera de fronteras, nos parece descabellado, pues de ninguna forma se puede rotular, encasillar y luego meter dentro de una misma bolsa, lo que significa  formar parte  de una comunidad como ciudadano, y luego y aparte, ejercer el digno oficio del arte.



            Nosotros pensamos que un camino claro, lógico y de sentido común sobre este punto sería:

            Que la Comisión encargada de velar por la organización hiciera un serio relevamiento  de los protagonistas culturales del departamento de Maldonado, aun cuando este festival  estuviera en parte mancomunado por una empresa artística particular.

De este modo se tendrán datos certeros de:

1)      Artistas profesionales activos.

2)      Folcloristas, folclorólogos e investigadores del folclore.

3)      Artesanos.

4)      Figuras señeras del folclore, la cultura,  el arte y las letras de Maldonado.


 y de esta forma estipular quienes dentro de la comarca son los profesionales, y darle prioridad de contratación a estos artistas,  folcloristas, artesanos,  y figuras señeras, cuestión que mas que una determinación de sentido común, sería aparte, algo que a esos artistas les corresponde por derecho inalienable.


            Cualquier evento popular sea este donde fuere, tiene la libertad de elegir a cuales artistas contratar y a cuales no; no obstante, cuando son las instituciones quienes se erigen en representación de una comunidad tal, como en este caso lo es el festival realizado en Pan de Azúcar, y por intermedio de estas instituciones se llevan a cabo las diferentes organizaciones, estas deben velar para que sean los integrantes de esa comunidad en cuestión los que en primer termino participen de los diferentes eventos y luego dar cabida al resto. Pero por regla general, las instituciones muchas veces incurren en el célebre error de conocer muy bien quienes son los destacados en las ramas del arte cuando estos provienen de lejos, pero ignoran quienes son los destacados cuando estos son sus propios vecinos.

            En las sucesivas ediciones del Festival Dulce Corazón del Canto se ha hecho primar una nomina de importantes y relevantes folcloristas y cantores populares que en su gran mayoría proceden de Montevideo, y que además, forman parte de una agenda de artistas que recorren año a año todos los festivales del país, pues son los folcloristas de taquilla de un circulo artístico cerrado que se ha convertido en casi un monopolio del arte nacional manejado por unos pocos medios de difusión y unas pocas productoras privadas. Pero, creemos nosotros, nuestro Festival no  le  ha dado prioridad a lo que debería ser SU objetivo principal: Cubrir las expectativas de participación de TODOS los folcloristas  PROFESIONALES del departamento de Maldonado, para después recién poder ampliar la nómina de artistas a contratar.



            Sobre este punto también hacemos referencia a que el gasto que representa contratar una larga nomina de artistas de relevancia lleva a que inevitablemente queden excluidos otros artistas de menos relevancia quizá, pero de no menos trascendencia y trayectoria vecinos de nuestra comarca como son los casos de artistas de Lavalleja, Rocha, Canelones y de otros puntos del país, los cuales no tienen cabida en nuestro festival. Decenas de artistas nacionales esperan estos intercambios culturales; intercambios culturales que nunca podrán desarrollarse si siempre son las mismas figuras las que tienen acceso a los escenarios del país. Con caché que multiplican por veinte la diferencia entre una minoría de artistas de relieve y el resto de los artistas nacionales, siempre habrá una mayoría de excluidos. Muchos de estos desarreglos se deben a que, si los festivales están dirigidos por empresas artísticas privadas en vez de estar dirigidos por las instituciones, estas empresas harán primar intereses de marketing, convocando y contratando a figuras relevantes que sin duda darán mucho brillo y colorido al espectáculo, pero de nada valdrá tal éxito si ese éxito implica dejar afuera a gran cantidad de excelentes artistas nacionales por no ser estos como se dice comúnmente en la jerga: marketineros, o en otras palabras, famosos. En cambio, nuestras más altas premisas culturales nos dictan que en primera instancia debe estar el velar por la cultura para darle al pueblo, cultura, mas allá de que los festivales y eventos puedan llegar a ser un éxito de venta de mercado, pues para los éxitos de venta y mercado  están justamente abocadas las productoras particulares, que se preocuparan, como es lógico, para que los eventos le sean redituables económicamente, pero, los dineros del erario publico, decimos nosotros, deben ser destinados a rescatar y preservar las raíces culturales de cada comarca, y en este caso, su rédito, a diferencia de las convocatorias privadas, no debe estar medido por las ganancias materiales sino por las ganancias que acrecienten el patrimonio cultural del pueblo y dejen en él la semilla de otro tipo de riquezas que no se miden con los barómetros de las cajas recaudadoras.
           
            De otro modo, una  cosa no va en detrimento de la otra y nosotros consideramos que con inteligencia y buena voluntad se puede lograr en el Festival: Brillo, colorido, éxito y cultura sin exclusiones, pero, siempre y cuando la carreta no vaya delante de los bueyes.

            Por todos los puntos expresados en este manifiesto, los mas abajo firmantes, artistas profesionales del departamento de Maldonado, pedimos en primer termino a La Comisión Organizadora del Festival Dulce Corazón del Canto de la Ciudad de Pan de Azúcar:

            Que tenga a bien analizar en profundidad estas reivindicaciones fruto de la preocupación de la mayoría de los folkloristas y artesanos  de nuestra comarca, que son en definitiva el  eco de las voces de la gente, que a través de nosotros, sus artistas y voceros populares, viene sosteniendo con este festival las desconformidades mas atrás expresadas.





            Solicitamos a esta comisión pueda elevar a las autoridades culturales correspondientes las expresiones manifestadas en estos párrafos, para que las autoridades queden informadas y se hagan eco del sentir popular que aquí se encuadra, y que de esta manera, estas reivindicaciones, las  cuales nosotros consideramos de suma importancia en la valoración presente y futura de la identidad cultural  de Maldonado, encuentre en los responsables de velar por nuestra cultura, el sano criterio de corregir y mejorar, para que el Festival Dulce Corazón del Canto llegue a ser para todos los habitantes de la ciudad de Pan de Azúcar, de nuestra comarca, del departamento de Maldonado y del país, un festival con verdadero arraigo popular .


            Que enarbole como meta irrenunciable, rescatar y revalorizar la identidad y la cultura propia  de Maldonado y de sus habitantes, de nuestras figuras artísticas y  culturales que a través de los tiempos y desde todos los ámbitos  han dado su sangre humana, su valor y su talento  en beneficio de toda la comunidad, y que esos seres humanos, dignos de reverenciar y homenajear, no sean tristemente olvidados en las oportunidades propicias para hacerles real reconocimiento.
            Que sean los artesanos de nuestra ciudad y de nuestra zona los primeros en tener acceso a las oportunidades de exposición y venta de sus mercancías. Ya que en definitiva es el pueblo el depositario de todos los sacrificios, quien anhela, desde su masa popular, la elevación espiritual en todos los aspectos, y en este caso, de su más rico acervo cultural. 

            Y por ultimo, que en un sentido nacional, comencemos a enderezar caminos dándole participación a todos y no solo a unos cuantos elegidos. Esta perspectiva también será una forma de abrir nuevas plataformas culturales para que participen y se encumbren nuevas figuras del arte del país, y que no sean, año tras año, los mismos artistas los que tengan exclusivo derecho a manifestarse al pueblo. Que la cultura sea realmente popular  y representativa en consulta permanente con el pueblo, y que a la hora de formar comisiones, éstas estén  integradas por personas de cualquier ámbito, sí, pero sin excluir a los verdaderos protagonistas populares desde la sabiduría de la experiencia, los meritos y valores a tener en cuenta en nuestros mas veteranos representantes comunitarios de las letras, las labores y las artes. 


PAN DE AZÚCAR,   19 DE ENERO DE 2008.

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